Respiro profundo y me doy cuenta de lo agradable del aire de este lugar, huele a madera, a humedad, a pan amasado, debe ser porque mi vecino hace pan y dulces y mientras el amasa su señora prende la estufa a leña, mientras yo aun respiro profundo tratando de contener el aire para que no escape con ansiedad. Que porque todos gritan? pues acá no existen los timbres, me acostumbre al "alo" de cada día, a la bocina a medio despertar, al portazo que indica que es hora de levantar mi humanidad para partir al lugar que hoy es mas común que ayer, para ver los rostros de incertidumbre, de insantisfacción, de impotencia y a veces de gratitud.
Ayer la Vale me hizo o un dibujo y me dio un besito antes de irse, yo le di un premio por portarse bien y cuando me iba camino a casa me gritaba chao que le vaya bien. De apoco me aferro a ellos y me hago parte de sus problemas y me apena saber que lo que se debe hacer no se puede hacer.
Eso es crearse conciencia de las injusticias propias de nosotros, me encantó tu descripción de las cosas simples, de lo común , de lo cotidiano. Esos detalles son gigantes y tu escrito, hermosos. Expresas esa sensibilidad que me encanta. te amo
ResponderEliminarEso es una de las tantas injusticias de nuestra realidad y estas tomando conciencia de ello. Los detalles, lo cotidiano, lo común, la belleza de tus palabras es parte de esa sensibilidad que tanto me encanta. Y me aferro de tus palabras para sentirte más cerca...
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