miércoles, 23 de noviembre de 2011

Naipes.

Tenia un castillo de naipes armado que mucho nos costo mantener en pie y un día sin esperarlo alguien lo soplo tan fuerte que de un momento a otro ese castillo se fue abajo. Una por una y como si fuera en cámara lenta callearon las cartas al suelo, me senté a mirar el panorama desconsolada, después de haberle puesto tanto empeño en construirlo, no encontraba consuelo al verlas todas desparramadas. Entre medio vi la reina de corazones, la cogí con fuerza y la levante, me la guarde muy cerca y comencé a recoger el resto, en eso estaba cuando me di cuenta que me faltaba una carta, extrañamente desapareció, se alejo del resto.
Alguien me dijo por ahí que los castillos no duran para siempre, son tan frágiles como las alas de las mariposas, si pasas a llevar tan sola una todo se derrumba.
Guardare mis cartas en un lugar seguro en espera de mejores tiempos, el viento pasara, la lluvia caerá y finalmente, el sol las secara.

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